El pasado fin de semana impartí una cata de cervezas alemanas en la Luna de Madrid. Opté por grandes cervezas dentro de estilos no tan "trillados" o al menos relativamente menos habituales dentro de las cervezas alemanas que regularmente podemos encontrar ya en muchos bares no especializados en cerveza.
Comenzamos con la Andechser Bergbock Hell, una señora Maibock. Hablando del estilo, comentamos que las cervezas Bock son estacionales, teniendo:
- Dunkles Bock, más oscura (simplemente usando maltas más tostadas), típica del periodo navideño.
- Doppelbock, de cuaresma; la primera, la Salvator (de ahí que casi todas las de su estilo terminen en -ator) de Paulaner, fue concebida como sustituto de toda comida sólida por los monjes.
- Maibock o Hellerbock, más clara y especiada que la Bock "simple", sale en Mayo (Mai en alemán).
Estas lager, que suponen una vuelta de tuerca más de una Helles (o Dortmunder, lo que podríamos llamar la lager estándar alemana) al tener una dosis más elevada de malta y lúpulo, tuvieron su origen en la ciudad de Einbeck durante el apogeo económico de la Liga Hanseática en el siglo XIII, ciudad que disponía de enormes cantidades de lúpulo. Se dio a conocer en Baviera siglos más tarde, y se empezó a fabricar solamente allí al ir perdiendo poder la Liga Hanseática.
La palabra Bock en alemán significa macho cabrío. Hay tres teorías que explican dicho nombre:
- Se elaboraba inicialmente en el periodo anual correspondiente al signo zodiacal de Capricornio.
- Un noble bávaro retó a un caballero de otra región alemana a ver quién aguantaba más bebiendo la cerveza del otro. Cuando el caballero cayó al suelo por culpa del alcohol como si hubiese sido noqueado por un macho cabrío en sus típicas luchas de cuernos, el noble alemán se burló de él, diciéndole que su Bock lo había tumbado...
- La más extendida es una derivación del nombre original, tan simple como su ciudad de origen, Einbeck. Los bávaros, por pronunciación, decían "Ein Bock" ("una Bock"), y de ahí quedó simplemente Bock.
En cuanto a la cervecera que nos atañe, se ubica en el municipio de Andechs, en un monasterio centro de peregrinación desde hace siglos. Destaca por su iglesia rococó y por contener los restos de Carl Orff, por lo que se organiza anualmente un festival musical. Este monasterio comenzó a fabricar cerveza en la segunda mitad del siglo XV hasta que se creó una fábrica en 1972, modernizándose y consiguiendo expandirse.
La Bergbock Hell es uno de los mejores ejemplos de Maibock. Limpia, con aromas a lúpulos alemanes, es muy fácil de beber y resultó un comienzo adecuado para la cata. Fue acompañada por una ensalada fría de patata, similar a la típica alemana.
Continuamos con, desde mi punto de vista, una de las mejores Weizenbock, la Weihenstephaner Vitus.
Las Weizenbock son a las Weissbier lo que las Bock a las Helles; una versión "fuerte" (reflejada en la palabra Bock). Se suelen elaborar a partir de las Hefeweizen sin filtrar, no de las filtradas (Kristallweizen). La regla alemana dice que han de contener al menos un 50% de malta de trigo, y éstas suponen un 60 o 70%, y además se elaboran con una cantidad mínima de lúpulo.
La característica espuma tan abundante de este estilo se debe a dos motivos: el primero, que el trigo contiene más proteínas que la cebada; el segundo, que se suele añadir mosto con levadura al embotellar, por lo que ocurre una segunda fermentación en botella en la que la levadura transforma los azúcares de la cerveza en alcohol y gas. Puesto que la espuma se forma por las proteínas que son arrastradas por el gas, el tener mayor cantidad de ambos explica la espuma típica de estas cervezas.
Sankt Korbinian (que da nombre a la gloriosa Doppelbock de Weihenstephaner) fundó en Freising la abadía en el año 725. Desde el año 1040 fabrican cerveza, por lo que se consideran la cervecera más antigua del mundo (aunque la Weltenburger dice lo mismo, pero vamos, que andan ahí ahí ambas). Desde 1921 se fabrica en unas instalaciones aparte, toda una fábrica cervecera fuera del monasterio. A dos pasos del aeropuerto muniqués, su Biergarten es perfecto para degustar una Mass directamente de sus barriles.
La Vitus (en honor a san Vito) es un pan líquido. Densa, sabrosa, turbia, con los característicos aromas a plátano y clavo y no tan dulzona como algunas de sus hermanas pequeñas Weissbier. Todo un homenaje para los que gustamos de las cervezas de trigo alemanas, y que tuvo muy buena acogida en el público de la cata. Se acompañó con una quiche, que, con su cremosidad, dio buen contrapunto al dulzor típico de la Vitus.
La siguiente cerveza fue, sorprendemente al ser una cerveza extremadamente especial y que o gusta mucho o es aborrecida, muy valorada por los participantes de la degustación: la Aecht Schlenkerla Märzen, considerada el paradigma de las Rauchbier.
Este estilo, procedente casi exclusivamente de la ciudad francona (o sea, norte de Baviera) de Bamberg, se caracteriza por su predominante olor y sabor a ahumado (Rauch significa humo en alemán). Esta particularidad la consiguen quemando hojas de haya para secar la malta recién germinada, impregnándose el humo en la malta de manera definitiva.
Generalmente, las Rauchbier se elaboran como si fuesen una cerveza tipo Märzen, versiones muy malteadas de las habituales lagers que se empezaron a elaborar de esa manera en Marzo (März es Marzo en alemán) para que no se estropeara durante el verano.
La Aecht Schlenkerla se fabrica desde principios del siglo XV en la ciudad de Bamberg. Se consideran un poco los "inventores" del estilo, de ahí lo de Aecht (algo así como original en dialecto francón). El apelativo de Schlenkerla, por el que todo el mundo conoce a esta cervecera, se debe a un camarero que tuvieron hace siglos, el cual tenía cierta minusvalía que le hacía moverse como si estuviese algo borracho (Schlenkerler en dialecto francón).
Esta cerveza es muy especial: salvo ciertos toques maltosos, domina totalmente el sabor ahumado. Tomarse esta cerveza en la posada que tiene Schlenkerla en el Altstadt (casco viejo) de Bamberg es una delicia... Acompañó muy bien a la Bratwurst con la que remojamos esta cerveza.
Para terminar, llegó una de las cervezas alemanas más radicales en cuanto a alcohol que hay: la Schneider Aventinus Weizen-Eisbock.
Las Eisbock son unas cervezas muy densas, maltosas, muy azucaradas y oscuras. Se consiguen bajando enormemente la temperatura, con lo que gran parte del agua y otras sustancias (fenoles, restos de cáscara y lúpulo, etc) se congelan (Eis en alemán significa hielo), de ahí el resultado tan dulce y alcoholizado, casi como si fuese un destilado...
Su origen se remonta a 1890 en la ciudad de Kulmbach, y es totalmente accidental: a un aprendiz se le encargó llevar de la fábrica al almacén unos barriles, y dejó por error (o por vagancia) alguno fuera, que se resquebrajó por el aumento del volumen del hielo. El encargado, con enorme enfado, descubrió que debajo de las capas de hielo quedaba un líquido oscuro y denso, y como castigo se lo hizo beber al aprendiz. Generosamente, éste decidió compartir el sabor tan exquisito que acababa de probar con su superior... Y el resto, es historia.
La cervecera que nos atañe, Schneider, es una experta en la fabricación de cervezas de trigo, hasta tal punto que se les considera un poco los "salvadores" del estilo. La Reinheitsgebot de 1516 redujo casi a cero la producción de cerveza con trigo, aunque a base de "permisos especiales" fue perdurando durante varios siglos, pero quedándose en un estilo con muy poco público. A finales del XIX prácticamente estaba extinta, y las recetas (todavía en vigor) de Georg I. Schneider y sus futuros descendientes colaboraron a que no se extinguiera. Con varias sedes antaño, están actualmente establecidos a la orilla del Danubio, en Kelheim (su sede muniquesa, por ejemplo, quedó barrida en la Segunda Guerra Mundial).
La Aventinus Eisbock es la versión de la Aventinus, una Weizenbock. Su nombre se debe al historiador bávaro Johannes Aventinus, y, como buena Eisbock, es muy alcoholizada (12%), aunque está muy bien compensado este alcohol con el resto de la cerveza. Dulce, densa, ideal para maridar con el brownie de chocolate que degustamos.
Iremos contando más eventos como éste...
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(1) Imagen de guidesbieres
(2) Imagen de cervebel
(3) Imagen de la cerveteca de JAB
(4) Imagen de bunitedint
Comenzamos con la Andechser Bergbock Hell, una señora Maibock. Hablando del estilo, comentamos que las cervezas Bock son estacionales, teniendo:
- Dunkles Bock, más oscura (simplemente usando maltas más tostadas), típica del periodo navideño.
- Doppelbock, de cuaresma; la primera, la Salvator (de ahí que casi todas las de su estilo terminen en -ator) de Paulaner, fue concebida como sustituto de toda comida sólida por los monjes.
- Maibock o Hellerbock, más clara y especiada que la Bock "simple", sale en Mayo (Mai en alemán).
Estas lager, que suponen una vuelta de tuerca más de una Helles (o Dortmunder, lo que podríamos llamar la lager estándar alemana) al tener una dosis más elevada de malta y lúpulo, tuvieron su origen en la ciudad de Einbeck durante el apogeo económico de la Liga Hanseática en el siglo XIII, ciudad que disponía de enormes cantidades de lúpulo. Se dio a conocer en Baviera siglos más tarde, y se empezó a fabricar solamente allí al ir perdiendo poder la Liga Hanseática.
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- Se elaboraba inicialmente en el periodo anual correspondiente al signo zodiacal de Capricornio.
- Un noble bávaro retó a un caballero de otra región alemana a ver quién aguantaba más bebiendo la cerveza del otro. Cuando el caballero cayó al suelo por culpa del alcohol como si hubiese sido noqueado por un macho cabrío en sus típicas luchas de cuernos, el noble alemán se burló de él, diciéndole que su Bock lo había tumbado...
- La más extendida es una derivación del nombre original, tan simple como su ciudad de origen, Einbeck. Los bávaros, por pronunciación, decían "Ein Bock" ("una Bock"), y de ahí quedó simplemente Bock.
En cuanto a la cervecera que nos atañe, se ubica en el municipio de Andechs, en un monasterio centro de peregrinación desde hace siglos. Destaca por su iglesia rococó y por contener los restos de Carl Orff, por lo que se organiza anualmente un festival musical. Este monasterio comenzó a fabricar cerveza en la segunda mitad del siglo XV hasta que se creó una fábrica en 1972, modernizándose y consiguiendo expandirse.
La Bergbock Hell es uno de los mejores ejemplos de Maibock. Limpia, con aromas a lúpulos alemanes, es muy fácil de beber y resultó un comienzo adecuado para la cata. Fue acompañada por una ensalada fría de patata, similar a la típica alemana.
Continuamos con, desde mi punto de vista, una de las mejores Weizenbock, la Weihenstephaner Vitus.
Las Weizenbock son a las Weissbier lo que las Bock a las Helles; una versión "fuerte" (reflejada en la palabra Bock). Se suelen elaborar a partir de las Hefeweizen sin filtrar, no de las filtradas (Kristallweizen). La regla alemana dice que han de contener al menos un 50% de malta de trigo, y éstas suponen un 60 o 70%, y además se elaboran con una cantidad mínima de lúpulo.
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Sankt Korbinian (que da nombre a la gloriosa Doppelbock de Weihenstephaner) fundó en Freising la abadía en el año 725. Desde el año 1040 fabrican cerveza, por lo que se consideran la cervecera más antigua del mundo (aunque la Weltenburger dice lo mismo, pero vamos, que andan ahí ahí ambas). Desde 1921 se fabrica en unas instalaciones aparte, toda una fábrica cervecera fuera del monasterio. A dos pasos del aeropuerto muniqués, su Biergarten es perfecto para degustar una Mass directamente de sus barriles.
La Vitus (en honor a san Vito) es un pan líquido. Densa, sabrosa, turbia, con los característicos aromas a plátano y clavo y no tan dulzona como algunas de sus hermanas pequeñas Weissbier. Todo un homenaje para los que gustamos de las cervezas de trigo alemanas, y que tuvo muy buena acogida en el público de la cata. Se acompañó con una quiche, que, con su cremosidad, dio buen contrapunto al dulzor típico de la Vitus.
La siguiente cerveza fue, sorprendemente al ser una cerveza extremadamente especial y que o gusta mucho o es aborrecida, muy valorada por los participantes de la degustación: la Aecht Schlenkerla Märzen, considerada el paradigma de las Rauchbier.
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Generalmente, las Rauchbier se elaboran como si fuesen una cerveza tipo Märzen, versiones muy malteadas de las habituales lagers que se empezaron a elaborar de esa manera en Marzo (März es Marzo en alemán) para que no se estropeara durante el verano.
La Aecht Schlenkerla se fabrica desde principios del siglo XV en la ciudad de Bamberg. Se consideran un poco los "inventores" del estilo, de ahí lo de Aecht (algo así como original en dialecto francón). El apelativo de Schlenkerla, por el que todo el mundo conoce a esta cervecera, se debe a un camarero que tuvieron hace siglos, el cual tenía cierta minusvalía que le hacía moverse como si estuviese algo borracho (Schlenkerler en dialecto francón).
Esta cerveza es muy especial: salvo ciertos toques maltosos, domina totalmente el sabor ahumado. Tomarse esta cerveza en la posada que tiene Schlenkerla en el Altstadt (casco viejo) de Bamberg es una delicia... Acompañó muy bien a la Bratwurst con la que remojamos esta cerveza.
Para terminar, llegó una de las cervezas alemanas más radicales en cuanto a alcohol que hay: la Schneider Aventinus Weizen-Eisbock.
Las Eisbock son unas cervezas muy densas, maltosas, muy azucaradas y oscuras. Se consiguen bajando enormemente la temperatura, con lo que gran parte del agua y otras sustancias (fenoles, restos de cáscara y lúpulo, etc) se congelan (Eis en alemán significa hielo), de ahí el resultado tan dulce y alcoholizado, casi como si fuese un destilado...
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La cervecera que nos atañe, Schneider, es una experta en la fabricación de cervezas de trigo, hasta tal punto que se les considera un poco los "salvadores" del estilo. La Reinheitsgebot de 1516 redujo casi a cero la producción de cerveza con trigo, aunque a base de "permisos especiales" fue perdurando durante varios siglos, pero quedándose en un estilo con muy poco público. A finales del XIX prácticamente estaba extinta, y las recetas (todavía en vigor) de Georg I. Schneider y sus futuros descendientes colaboraron a que no se extinguiera. Con varias sedes antaño, están actualmente establecidos a la orilla del Danubio, en Kelheim (su sede muniquesa, por ejemplo, quedó barrida en la Segunda Guerra Mundial).
La Aventinus Eisbock es la versión de la Aventinus, una Weizenbock. Su nombre se debe al historiador bávaro Johannes Aventinus, y, como buena Eisbock, es muy alcoholizada (12%), aunque está muy bien compensado este alcohol con el resto de la cerveza. Dulce, densa, ideal para maridar con el brownie de chocolate que degustamos.
Retrato de familia... |
Iremos contando más eventos como éste...
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(1) Imagen de guidesbieres
(2) Imagen de cervebel
(3) Imagen de la cerveteca de JAB
(4) Imagen de bunitedint
Creo que las que has comentado son mis cervezas alemanas favoritas! jejeje, muy buen post muy informativo, había muchas cosas que no sabía. Muchas gracias y un saludo!
ResponderEliminarEs que esas 4 son grandes cervezas, y por fortuna bastante fáciles de encontrar por aquí... A esa lista de favoritas alemanas yo le metería alguna doppelbock y sobre todo alguna Alt que aquí llega difícilmente...
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