martes, 11 de marzo de 2014

Podio Febrero 2014

Unas cuantas joyitas han pasado por mis manos este mes. Aunque alguna que otra cerveza europea me ha encandilado, las tres mejores del mes me han salido yankees... Vamos con ellas.

- Cigar City Hopped on the High Seas Citra


Una pequeña remesa de estos cerveceros de Tampa llegó recientemente por estos lares, y entre ellas esta IPA me dejó impresionado como para quedarse en el tercer cajón del podio.

Cigar City, cuyo nombre proviene de la historia de Tampa como primer centro de fabricación de habanos en USA, se fundó en 2008 de la mano de un apasionado de la cerveza, Joe Redner, tras haber pasado años como homebrewer y escribiendo periódicamente en una revista especializada en cerveza. Sus creaciones van desde IPAs increíbles a combinaciones poco ortodoxas (una saison con pepino, por ejemplo) o una de las más reputadas Imperial Stout en tierras yankees (la Hunapuh).

La Hopped on the High Seas es una de esas excentricidades que comentaba: uno de los cerveceros se fue a Puerto Rico a elaborarla, y como querían usar la maquinaria de Tampa para meterla en las latas (sí, es una cerveza en lata, ya no hay que asustarse por esto), la metieron en un barco. Con una única variedad de lúpulo se hizo un dry hopping que duró más o menos el viaje en barco, de ahí el nombre ("lupulizada en alta mar"). Hay 4 variedades: Simcoe, Ahtanum, Citra (del que hablamos hoy) y el experimental Hop #259 (entiendo que es una nueva variedad que están empezando a probar por aquellas tierras y que aún no tiene nombre oficial).

La cerveza en sí es una IPA de las de aromas tropicales de libro. Suave, de trago fácil, y con una frescura espectacular del citra al final, dándole las típicas notas resinosas y cítricas de manera increíble. En definitiva, a los fans de este estilo nos toca la fibra sensible...


- Jester King Ol' Oi!

Por lo general, las regiones sureñas de Estados Unidos suelen ser un tanto anodinas si las comparamos con otras en cuanto a cerveza se refiere, y Texas no se aleja mucho de esa percepción; no en vano, casi todo el panorama cervecero está absorbido por Anheuser-Busch y MillerCoors, con sendas fábricas gigantescas en Houston y Fort Worth, respectivamente. Pero tenemos un islote en Austin: Jester King.

Fundada en 2009 por dos hermanos, los Stuffing, en una granja a las afueras de Austin, decidieron salirse de la norma de estilos ponderantes en la región para meterse de lleno, salvo excepciones (alguna Imperial Stout, IPA y otros estilos, nada desdeñables, por cierto), en las cervezas saison o farmhouse ales, como las llaman por aquellas tierras, usando levaduras belgas y siempre con un toquecito sour. Lo que ocurre con los brett en sus 250 barriles es algo único...

La Ol' Oi!, cuya traducción podría ser un "hey antiguo", una manera de saludar a la vieja usanza en el argot cockney, es una version de la Commercial Suicide, una mild inglesa clásica, metida en barricas de roble en las que se le ha dado un punto acético al más puro estilo de las rojas de Flandes belgas. De color rubí oscuro, maravilla por lo bien que se complementa el punto maltoso de la original mild con el ácido increíblemente sutil que aportan las bacterias de las barricas. Parece a ratos que te estás bebiendo literalmente una Rodenbach de las buenas... Casi casi se aúpa al oro del mes.



- The Bruery White Oak


En lo más alto, esta exquisita cervecera californiana con una de sus maravillas en barril.

The bruery abrió sus puertas en Placentia en 2008 con Patrick Rue a los mandos (Bruery es un simple juego de palabras entre Rue y Brewery). Comenzó, como muchos otros casos, compaginando estudios y homebrewing hasta que se lanzó con todo a la fabricación de cerveza. El resultado no podía ser mejor: es ya una de las más reputadas cerveceras de California, orientada principalmente a la elaboración de cervezas de corte belga y casi siempre con alguna barrica de por medio...

La White Oak es una de sus elaboraciones especiales, en las que ha mezclado al 50% su Mischief, una strong Belgian Ale con dry hopping de lúpulos americanos, con un wheatwine, que viene a ser una especie de barley wine en cuanto a potencia y presencia maltosa pero con una dosis importante (como la mitad del total de malta) de trigo, el cual ha pasado una buena temporada en barrica de bourbon. El resultado: caramelo, vainilla y sobre todo un exquisito toque a coco que, además de las ligeras reminiscencias del bourbon, la hacen dulce pero a la vez terrosa por la presencia de la Mischief. Una barbaridad de cerveza...

miércoles, 19 de febrero de 2014

Edge Brewing - un macroproyecto en ciernes

La visita reciente a tierras barcelonesas fue realmente placentera, visitando muchos locales cerveceros y juntándonos con amigos del mundillo que por la distancia no vemos con la frecuencia deseada. Los dos primeros días fueron un auténtico peregrinaje por la (envidia cochina) numerosa cantidad de lugares creados en torno a la cerveza que proliferan en Barcelona: la variedad y el buen gusto de Rosses&Torrades, lo acogedora que es l'Espumossa, la comodidad de la Resistencia, el cenorrio brutal con maridaje cervecero en el Racó d'en Cesc, la amabilidad de la Bona Pinta, lo exquisito de la comida en Ale&Hop y en el Mosquito, las buenas risas en la Cerveteca, los chupitos del Homo Sibaris y en especial el fin de jornada de ambos días en el irrepetible Biercab, a.k.a. Manolandia. Un post sobre todos ellos sería eterno; además, se trata de sitios frecuentados por muchos de los que leéis esto, así que, simplemente, si no los conocéis, os los recomiendo.

Pero dejamos para el último momento una visita que, por la relevancia que creo va a tener en los próximos meses y estar todavía un tanto tapada la noticia, sí que voy a tratar en este post.

Colindante a los cuarteles generales de la distribuidora Beer Box en una zona un tanto poligonera del Poble Nou, se está gestando una fábrica en toda regla con espíritu totalmente yankee. Responde al nombre de Edge Brewing.

Con un poderosísimo músculo inversor a sus espaldas, la fábrica contará con una producción de 24.5 hectolitros en sus 7 fermentadores, y la idea será fabricar cervezas de esencia estadounidense. Pinta bien simplemente así, ¿verdad?

Nada más entrar a la fábrica, todavía en fase de preparación, Robin nos atendió estupendamente, enseñándonos el futuro tap room que realmente promete, y la fábrica en sí, donde pudimos debatir con Alan, el cervecero jefe, acerca de la maquinaria y probar alguna de las cervezas que ya están empezando a elaborar: su saison estaba prácticamente terminada (y me suena que la veremos en alguno de los grifos de los bares de referencia en breve), y probamos, verdes eso sí, desde una brown lupulizada a una IPA de trago fácil...

El punto que más nos entusiasmó es la posibilidad infinita de colaboraciones puntuales o permanentes con cerveceros yankees; Alan tiene experiencia de haber montado más de 300 fábricas en Estados Unidos, y su lista de contactos es interminable. La idea es que vayan viniendo cerveceros de allí a elaborar a Barcelona, con lo cual tendremos cervezas americanas más frescas que nunca. De hecho, nos comentaron que incluso barajan la posibilidad de tener de manera prácticamente permanente algún que otro fermentador para alguna archiconocida cervecera yankee...



Para terminar la visita, y de la mano de Xavi de Beer Box, estuvimos probando alguna de las lindezas de sus almacenes. ¡Gracias por el trato, Xavi!

Me acaba de comentar Robin las últimas y frescas novedades: el tap room está ya funcionando, tanto para probar in situ sus cervezas y visitar a la fábrica como organizar cualquier tipo de evento. Ya hay cuatro cervezas disponibles: la potente saison y la brown que comentaba antes, además de una amber y una porter. Y se han dado prisa con la primera colaboración: provenientes de las playas de Florida, los cerveceros de Due South Brewing han elaborado una pale ale con centeno, naranja y miel de los alrededores de Sant Joan de Mediona... ¡Muy apetecible!

En definitiva, Edge Brewing es un proyecto que traerá cerveza de contrastada calidad a nuestras tierras. Y, de hecho, hará que más de un cervecero de la región se tenga que poner las pilas, con lo que saldremos ganando.

Good luck with your project, guys!

viernes, 14 de febrero de 2014

Feria cervecera la Cibata

Normalmente no suelo hacer eco de festivales cerveceros que van aconteciendo, principalmente porque, por fortuna, proliferan por estas tierras con cada vez mayor profusión. Hago una excepción con éste, que me toca la fibra sensible por realizarse en mis queridas tierras salmantinas.

Resumiendo, el evento tendrá lugar los días 21, 22 y 23 de marzo en el Multiusos (emplazamiento que puede dar bastante juego), y contará con unas 20 cerveceras más unos cuantos puesto de quesos. Habrá conciertos musicales las noches del viernes y sábado, y algún que otro evento cervecero: una elaboración en directo, maridajes con quesos, un concurso para elegir la mejor cerveza del festival (en el que tendré el honor de participar como jurado).

El listado casi definitivo de las cerveceras asistentes es el siguiente:
Bizarra
Códice
Vier
La Real de Duero
Las Llaves de san Pedro
Helmántica
Milana
El Secreto del Abad
Malasombra
Torquemada
Bresañ
Lega
El Cantero
Caleya
Dougall's
Blomberg
Sesma Brewing Co.
Cazurra
Espíritu Clandestino
Sagra

A modo informativo, las podremos maridar con los siguientes quesos:
Cabrales
Torta del Casar
Cabra de Pirineos
Mahón
Tetilla
Cabra extremeño
Picón-Bejés
Idiazábal
Parmesano reggiano
Granna padano
Gruyère

¡Que se siga propagando el virus de la buena cerveza!

lunes, 10 de febrero de 2014

BBF '14 - cerveceras a conocer

Siendo uno de los pocos privilegiados que he recibido, al menos en su versión provisional, la lista de cervezas y cerveceras presentes en el BBF, que va cocinándose a fuego lento por estas fechas hasta que lo degustemos en abril, voy a proponer una lista de cerveceras presentes en orden alfabético que al menos para el que suscribe son muy infrecuentes de degustar por estas latitudes. Eso sí, sin decir ninguna de las cervezas, por eso de dejar algo de misterio... Algo tendremos que probar de ellas en el festival, eso seguro.


Brekeriet
Desde las afueras de Malmö en Suecia nos llega esta pequeña cervecera de tres hermanos que nació como tienda de importación de cerveza y sidra (en especial de Francia) en 2010 y como cervecera dos años más tarde. Su nombre, juego de palabras entre cervecera (bryggeriet) y su apellido (Ek). Todo su trabajo se centra en el uso muy controlado del brett, con lo cual, los amantes del ácido disfrutaremos enormemente...

Dark Star
Cervecera inglesa de Horsham (entre Bristol y Londres), nació como un pequeño pub en Brighton, y fue tal su crecimiento y popularidad que se convirtió en la considerable fábrica que es en la actualidad. Su nombre proviene de una cerveza creada por uno de sus fundadores en 1987 (en la Pitfield Brewery), y ésta a su vez del tema homónimo de la banda de rock sinfónico Greatful Dead. Sus cervezas, prácticamente en su totalidad en formato barril, se mueven en estilos típicos ingleses (pale ales, porters, stouts) con una cierta influencia estadounidense, especialmente en el uso de lúpulos.

Hibu
Procedentes de Bernareggio, a mitad de camino entre Milán y Bergamo, llegan estos cerveceros italianos con pocos años de historia (desde 2007), aunque su proyecto (y fabricación como homebrewer) ya les rondaba por la cabeza a principios del siglo XXI. Sus estilos se mueven principalmente en torno al uso generoso del lúpulo; no en vano, su nombre es un híbrido entre HomeBrewer y nuestros queridos IBUs. Aunque su último proyecto, una barley wine con levadura de ron, puede ser más que interesante.

Kompaan
Holandeses de la Haya, Jasper y Jeroen son dos jóvenes apasionados de la cerveza a los que les une una buena amistad desde la infancia (kompaan es compañero, colega en holandés). Dejaron sus trabajos y comenzaron con la fabricación de cerveza, con estilos variopintos pero siempre con resultados muy homogéneos (cervezas muy balanceadas). Han organizado ya un par de festivales, pequeños eso sí, por su área, donde aparte de las buenas cervezas holandesas la juerga ha estado garantizada. Además, contarán en breve con proyectos en barrica: Jack Daniels y el glorioso Wild Turkey. Solamente por el buen rollo que destilan habrá que darles un tiento...

Lindheim
Saltamos ahora a Gvarv, en el interior de Noruega. La buena de Ingeborg Lindheim heredó de sus padres su negocio de fruta (que ha surtido, por ejemplo, de cerezas ácidas a Nøgne Ø para sus cervezas). Se marchó a Estados Unidos una larga temporada a fabricar cerveza en alguna de las mejores breweries de por allá, y a la vuelta se ha puesto manos a la obra. Lo mejor: el uso de su propia fruta, de excelente calidad, en sus creaciones. Quizá peque de inexperiencia, pero veremos qué tal se le da hacer cerveza a esta noruega... 

Maximus
Volvemos de nuevo a Holanda, esta vez a Utrecht, para encontrarnos una cervecera fundada en 2010 por los dueños de Kafé België, uno de los bares cerveceros emblema de la ciudad (al pie del cañón desde 1984), y el antiguo cervecero "jefe" de De Snaterende Arend. En su fábrica cuentan con un tasting room donde se puede también cenar, aunque no es un brewpub como tal. Su cerveza más afamada es una stout; veremos si la podemos probar...


Olmo 
Terminamos volviendo a tierras italianas, en este caso al norte de Pádova. Con una línea muy irreverente, y mezclando toda la maquinaria moderna posible con la tradición y culto a la materia prima (de ahí el olmo que les da nombre), se definen como una "panda de perros rabiosos", y a su cervecera, como "anarcoartesanal". Sus cervezas también van en la línea de lúpulo a destajo, y parecen unos "Brewdog italianos". Esperemos que sus cervezas también se parezcan a las escocesas que tanto nos han gustado...

jueves, 6 de febrero de 2014

Podio Enero 2014

Un mes más, unas pinceladas de lo más interesante que ha pasado por mi gaznate.
 
- Au Baron Cuvée des Jonquilles

Esta bière de garde es, dentro de una gama de cervezas francesas que han pasado por mis manos, la mejor con diferencia, entrando al tercer puesto del mes por méritos propios. Para quien no sepa qué es una "cerveza de guarda", es la saison versión norte de Francia: cervezas ales cobrizas o doradas que se elaboraban en las granjas en primavera o incluso invierno con más "potencia" de lo normal para que aguantaran hasta el verano (con los calores lo normal era que les saliera defectuosa).

La Brasserie Au Baron es también conocida como Bailleaux por ser el apellido de la familia que la regenta, Alain a la cabeza, cuya procedencia es belga. Se encuentra en Gussignies, a escasos metros de la frontera con Bélgica. En los 70 abrieron el restaurante Au Baron, y empezaron con la cervecera a finales de los 80.

La Cuvée des Jonquilles (la "barrica" de los junquillos, una variedad de narcisos) es un poco más clara de lo habitual en una de garde. Con un carbónico muy presente, aparecen notas frescas como de heno y hierba cortada, frutas como la pera, y toques ácidos procedentes de la levadura brett. Refrescante a la par que densa, con ese toque terroso habitual en estos estilos, supone un gran ejemplo dentro de las cervezas de guarda.

- High Water Hop Riot IPA 

Hacía mucho tiempo que no tomaba una IPA tan balanceada y elegante como ésta, que entra por la puerta grande al segundo escalón del podio.

La cervecera High Water se encuentra en Chico, al norte de Sacramento en ese paraíso de la cerveza que es California (y donde reside también la archiconocida Sierra Nevada). Su nombre deriva de una traducción un tanto sui generis del apellido italiano del maestro cervecero, Steve Altimari. Éste, aprovechando sus más de 15 años de experiencia en otras cerveceras californianas, fundó con otros dos socios la cervecera en 2010. Desde entonces, sus cervezas no hacen otra cosa que ganar premios...

Este desmadre de lúpulo (traducción tampoco literal) hace alusión a la revuelta (traducción ahora sí más ajustada) que hubo en el rancho Durst en Wheatland en 1913, la llamada Wheatland Hop Riot. El rancho del señor Durst se dedicaba al cultivo del lúpulo, y contrataba a trabajadores temporales para su recolecta. Las condiciones de los trabajadores fueron tan pésimas que éstos se sublevaron, derivando en una serie de leyes que oficializaron este trabajo asegurando una serie de condiciones adecuadas para los trabajadores.

La cerveza en sí balancea una tonelada de lúpulo al estilo costa oeste, dry hopping inclusive, pero balanceada con maestría con un fondo maltoso suave, que la hace una IPA sedosa de las que se pueden beber por toneladas sin saturarse. Deliciosa.


- Mikkeller Cù't Cá Phê Bia

Terminamos con uno de esos petróleos que Mikkeller maneja con maestría. No voy a hablar más de lo que ya he contado por aquí del señor Bjergsø, así que paso directamente a la cerveza. Se trata de una imperial stout con Cà phê chồn vietnamita, el famoso café de civeta que se obtiene literalmente rebuscando en los excrementos de unas civetas del sudeste asiático tras haberse zampado unas cuantas bayas de café, puesto que digieren únicamente la parte externa, pero no lo "útil" del grano. Suena asqueroso, pero el café es exquisito... 

Como nota particular, tras ver el maltrato a estas civetas en Indonesia que ha salido a la luz hace unos meses, se nutre de este café de Vietnam en su lugar. Y de ahí el nombre (bia es cerveza en vietnamita).

La cerveza, pese a sus 11 graditos de nada, es sedosa y suave, con notas a café, vainilla y bizcocho. En realidad, esta cerveza es la Beer Geek Brunch Weasel elaborada con este otro café y en las instalaciones de la danesa Fanø Bryghus en lugar de la noruega Nøgne Ø. Me queda pendiente una cata comparativa entre ambas maravillas...



lunes, 20 de enero de 2014

Kulminator, paraíso cervecero en Amberes

Siguiendo con los posts del reciente viaje a Bélgica, os hablo ahora de uno de los paraísos cerveceros a los que hay que peregrinar: el Kulminator, en Amberes.

La pareja de entrañables viejecitos que la regenta, Dirk van Dyck y Leen Boudewijn, llevan con mimo un listado de cervezas actuales y sobre todo de cervezas envejecidas que hace que su carta o listado de las mismas parezca un listín telefónico.

Dirk y Leen comenzaron su andadura en el lejano 1974, abriendo en noviembre un bar dedicado al vino llamado Bodega (tal cual, no es una traducción). Viendo que la clientela no era proclive al vino, decidieron cambiar a la cerveza... ¡Gracias, clientela de aquel entonces! A partir de aquel momento, los jueves se dedicaban a recorrer Bélgica probando cerveza, y la que les gustaba, la compraban, completando poco a poco una buena carta de cervezas en la Bodega.

En una de sus excursiones visitando la abadía de Nôtre Dame de Scourmont, probaron una Chimay de unos 10 años, y viendo el tremendo resultado, decidieron comenzar ellos mismos a envejecer las cervezas. Esto hace que en su carta haya cervezas de los 70 y de los 80...

Tras ver que Bodega no tenía mucho espacio, decidieron mudarse a otra ubicación. Me imagino el traslado de todas las botellas viejas al nuevo lugar... Las catacumbas que hay debajo guardando las cervezas a casi temperatura constante serían dignas de una visita. Si el mal genio del bueno de Kirk no lo impide (algo que ocurre con relativa frecuencia), bajará a las bodegas estrechas de debajo del bar a por alguna de esas cervezas envejecidas que son verdaderas obras de arte.

En un momento dado, consiguieron traer cervezas de otros lugares, y entre ellos, la EKU 28, conocida también como Kulminator, que acabó por ser el nombre del nuevo espacio que abrieron. En la actualidad, es como una casa de la abuela, con miles de cachivaches desde adornos de cervezas, cristalería antigua, lúpulos secos adornando los techos, y un gato que pulula habitualmente por el bar. En definitiva, un túnel del tiempo que nos permite comprobar lo bien que envejecen algunas cervezas al paso de los años.

lunes, 13 de enero de 2014

paradas cerveceras en Bruselas

Este diciembre me escapé por poquito tiempo a Bélgica con el objetivo principal de acudir al Kerstbierfestival (festival de cerveza de navidad) de Essen, del que hablaré en otro post. Pero antes del festival dio tiempo a visitar algunos lugares reseñables en Bruselas. No están todos los que son, pero sí son todos los que están.

- Brasserie Cantillon

más de cien años que se cae, pero el tío del logo aguanta...
Llevaba ya varias excursiones por la capital belga sin hacer la visita completa a la fábrica de Cantillon, y esta vez no se iba a escapar. Verdaderamente, merece la pena escaparse al algo alejado del centro barrio de Anderlecht a visitar lo que aparentemente parecen unas cocheras pero que realmente encierran historia viva de la cerveza belga y por ende mundial.

Se respira un aire siempre húmedo, viciado, debido en gran parte a que el entorno se ha tocar lo mínimo para que nuestras queridas brettanomyces bruxellensis no vean alterado su ritmo de vida desde hace más de cien años. Polvo y telarañas campan por doquier; no en vano, principalmente en verano, las arañas son más que veneradas por su impagable ingesta de insectos que podrían llegar a alterar la cerveza.

la "piscina de recreo" de los brett
La maquinaria es realmente antigua, destacando la "piscina" donde ocurre el milagro de la fermentación espontánea, toda ella con remaches y sin una soldadura y en la que, como demostración de que hay que preservar el entorno, colocaron de nuevo una a una las partes del techo de esa habitación (la más alta de la fábrica) tras la reforma del exterior del techo del edificio. También es digna de ver la hilera de barriles donde los gloriosos caldos de Cantillon van madurando poco a poco.

Al final de la visita, en una pequeña pero coqueta sala de degustación se prueban un par de cervezas (una lambic del año y una kriek, ambas muy verdes y sin el carbónico tan característico de Cantillon). Aproveché para conocer en persona al maestro cervecero, Jean van Roy, cuarta generación en la fábrica (hijo del yerno del hijo del fundador, Paul Cantillon). Muy cercano, hablamos de amigos comunes (Carlos Agullons, te debo una birra) y sacó alguno de los prototipos para el año que viene, entre los que destaco una excelente Iris con dry hopping que dará que hablar.

La tentación me hizo probar la Zwanze 2013, la última edición de una cerveza especial que se bebe en barril una sola vez al año. En unas obras en la fábrica descubrieron que ésta se había construído sobre la abadía de Cureghem, famosa en el medievo por su capón cocinado con cerveza elaborada en la propia abadía... Las excavaciones siguientes localizaron la sala del abad y las recetas originales, con lo que no dudaron en emularlas, elaborando una cerveza tipo abadía a la que añadieron eso sí algo de su lambic a la receta para no perder el sello Cantillon (pero no en demasía: 90% abadía, 10% lámbica).


- Bier Circus


En un barrio relativamente pijo al norte de la estación central, próximo a oficinas de trabajos de índole diplomática, tenemos este bar cervecero, todo él decorado con trastos circenses (principalmente relacionado con payasos), cuadros de Tintín y chapas de cerveza. La carta de cervezas es curiosa, dividida por estilos y con alguna joyita en la sección vintage, eso sí, nada barata.

Por su vigésimo aniversario han elaborado una triple en la Brouwerij den Hopperd, conocida por sus cervezas del camaleón (Kameleon). Es una triple correcta, sin más. Lo que sí es destacable del lugar es la cocina típica belga usando diferentes estilos de cerveza en su preparación. El waterzooi de pescado a la gueuze y sobre todo la mousse de chocolate a la Chimay Bleue estaban espectaculares.

En definitiva, un lugar agradable para comer con cerveza dándose un buen homenaje, pese a que no sea el lugar con mayor variedad de cervezas (pese a que sí que hay alguna joyita oculta, como una triple de la para mí desconocida Alpaïde).


- Moeder Lambic Fontainas


En la place Fontainas, a escasos 5 minutos de la Grand Place pero saliéndose del barullo de turistas, se encuentra para mí el mejor sitio para (exclusivamente) beber cerveza de Bruselas: 40 grifos alineados en una larguísima barra, y una carta de lámbicas para temblar (algunas, no solamente por la cerveza en sí, también por el precio). Como es de esperar, extensos repertorios de las nativas (Cantillon, 3 Fonteinen, Hanssens, de Cam...) y presencia de foráneas (Loverbeer, BFM...). Como no todo puede ser darse al ácido en esta vida, hay también muchas opciones en forma de tripels, dubbels, wits y demás estilos belgas, así como IPAs, pale ales y stouts.

Como curiosidad, reniegan de todo lo que sea grandes compañías; con esto quiero decir que no hay coca cola, y la limonada es casera (nada de fanta o similares).

Para picotear, podemos recurrir a una muy socorrida y eficiente tablita de quesos, o incluso algún plato típico belga como cervelas (una salchicha pequeña) o pottekees (una crema de queso fresco con cebolla y rábano, muy buena para acompañar una lambic, casualmente).

Me queda pendiente ir a su hermana mayor (en edad, creo que no en tamaño), la Moeder Lambic Original. ¿Alguien que haya estado me puede contar para la próxima?


- Delirium Cafe

Dejo para el final el probablemente más conocido de los locales, por no llamarlo ya emporio, de la capital belga, el Delirium. Y digo emporio porque lo que empezó como un bar en un callejón relativamente visitado (no en vano está la versión femenina del Manneken Pis, la Jeanekke Pis) ha ido absorbiendo los locales colindantes hasta el punto de tener un bar de rones y varios emplazamientos dedicados a la cerveza, todos en el mismo callejón, aparte de franquicias por el mundo: Tokyo, Río de Janeiro, varias en Francia...

Su fama vino en su momento por tener el récord Guinness de la carta de cervezas con mayor variedad: tres mil y pico en su momento, aunque ahora anda ya por las cinco mil en el último recuento. Digamos que puedes pasarte mucho rato mirando la carta completa y comprobar el gran stock que tienen, aunque también he de reseñar que en muchas ocasiones alguna cerveza un tanto rebuscada de la carta finalmente no la tienen disponible.
La parte de abajo, casi siempre masificada de gente, mezcla decoración de madera con antiguas calderas de cocción de cobre, y una serie de grifos de cervezas belgas; no falta, claro está, la que da nombre al bar, la Delirium Tremens, en varias de sus modalidades. Digamos que esta parte es un bar típico con una selección estándar de cerveza belga para turistas.

La gracia es una de las plantas de arriba, en la que hay, tanto en grifo como en botella, desde belgas tipo Struise a danesas, estadounidenses... Además, sin el bullicio de la planta inferior. En definitiva, es un lugar digno de una velada larga en la que se vayan probando muchas cervezas de su extensa carta.

martes, 7 de enero de 2014

Podio Diciembre 2013

Vamos con las elegidas del último mes del 2013. Buenas piezas han caído este mes pasado...

- Siren Rainbow IPA

Con escasamente un año de vida, la cervecera de Berkshire (al oeste de Londres, entre Londres y Reading) ha entrado por la puerta grande en la escena cervecera inglesa de nueva ola. Cuenta en sus filas con un reputado cervecero, Ryan Witter-Merithew, que ha elaborado cerveza para Mikkeller, Evil Twin, Duck Rabbitt, Stillwater... una hoja de servicio en toda regla. Fue al propio Ryan al que se le ocurrió un proyecto que involucrara a varias cerveceras, el Rainbow. Había que elaborar una IPA con uno de los colores del arcoiris (a cada cervecera se le asignaba uno por sorteo). Como participantes, además de Siren, la flor y nata de la nueva hornada inglesa: Kernel, Partizan, Magic Rock, Brodie's, Buxton y Hawkshead.

La Rainbow, teóricamente roja, no la hicieron finalmente red; lo que usaron fue levadura de Duvel (lo único "rojo" de la birra, ya que Duvel es diablo y eso hace alusión al color) y zumo de manzana (por el pecado original). Y, claro está, toneladas de lúpulos americanos para conseguir una IPA fresca que a la vez aporta tonos afrutados de la levadura y la manzana. Para beber a toneladas...

Como curiosidad, está ya en marcha la segunda edición del Rainbow, que consistirá esta vez en juntar una cervecera inglesa con otra europea al azar, y asignarle un color por sorteo. Éstas son las combinaciones que tendremos:

Wild Beer y Toccalmatto: añil
Beavertown y Naparbeer: naranja
Buxton y Omnipollo: amarillo
Siren y De Molen: violeta
Hawkshead y Lervig: verde
Magic Rock y Evil Twin: rojo
Partizan y Mikkeller: azul

la de combinaciones divertidas que pueden salir...



- Les Trois Mousquetaires Porter Baltique

Desde las afueras de Montreal nos han empezado a llegar estas cervezas del Quebec canadiense, casi todas ellas con espíritu alemán (weizen, Keller...), aunque no sea ésta el caso que nos atañe, puesto que se trata de una Baltic Porter.

En 2005, y tras años de homebrewer ganando premios, Jonathan Lafortune abandonó su trabajo de contable para fundar Les Trois Mousquetaires con otros 3 socios (como ocurre con el libro, en realidad los tres eran cuatro). Desde entonces, y con varias ampliaciones de por medio, sigue prácticamente sin dar a basto dada la demanda de sus cervezas, todas de una corrección impecable.

La Porter Baltique es una reinvención de una Baltic porter, puesto que se trata de una lager; tiene un punto quizá más alcohólico de lo habitual, una sutil dosis de malta rauch que le da un toque ahumado, que se redondea en boca con un sabor a fruto rojo exquisito. Cualquiera diría que es una lager...


- Brewdog Mix Tape 8

En lo más alto del podio, una locura de los genios de Brewdog. Por un lado, una Belgian IPA envejecida en barrica de whisky durante prácticamente dos años, y por otro, una triple IPA también envejecida durante el mismo tiempo por separado. La Mix Tape 8 es un blend de las dos anteriores, con lo que se mezclan en boca muchísimos matices procedentes de las partes belga, IPA y barrica: plátano y cítricos, toffee, galleta, caramelo, madera, turba... Una cerveza realmente compleja para ir saboreando poco a poco.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Festivaleando: Eurhop Beer Festival

A mediados de octubre concentramos nuestras energías cerveciles en la birra italiana, y qué duda cabe que tuvimos una buena dosis en este festival romano en el que se concentraba la flor y nata de los birrifici italianos.

En primer lugar, otorgar al festival una nota alta/muy alta en la parte de la organización. Pese a lo teóricamente frío que puede resultar un pabellón de una especie de feria de muestras que es il Salone delle Fontane, la buena disposición de los puestos cerveceros, todos ellos con los propios elaboradores tras la barra, más una heterogénea mezcla de muy aficionados del sector y novatos en la materia y una media bastante alta en la calidad de las cervezas creaba una sensación de calidez que no he sentido en otros festivales con sede en ubicaciones similares. Nos sorprendió gratamente la alta asistencia de público, llegándose a llenar el recinto, para nada pequeño, a partir de las 7/8 de la tarde del domingo; cómo estaría el sábado... La buena disponibilidad de comida también ayudaba a asentar las muchas cervezas que había que probar, en general a precios bastante asequibles.

Pese a contar con regularidad con algunas muestras de cerveza italiana por nuestros lares, había bastantes marcas desconocidas por aquí (al menos en lo que a mí respecta), con lo que se acumuló bastante el trabajo. Como pauta general, la tendencia de las cervezas italianas es seguir la corriente americana: muchas IPAs y APAs (casi diría demasiadas), alguna que otra stout (ni de lejos tanto como en los países nórdicos), y apreciando muchísimo el juego con el brett al más puro estilo americano; de hecho, dos de las cerveceras presentes eran estadounidenses, Prairie y Crooked Stave, y traían todas un perfil saison con brett o aledaños. Pero sí que se nota que los italianos juegan un par de divisiones por encima de la nuestra, aunque no sea oro todo lo que reluce. También contaban con presencia de algún peso pesado europeo, desde danesas como Beer Here, a inglesas como Magic Rock, Siren o Kernel, pasando por belgas como Struise, Alvinne o Cantillon, aunque en estos casos, generalmente sin contar con los cerveceros titulares exceptuando la presencia de Urbain de Struise; como siempre, un placer charlar un ratito con él.

Quizás por ponerle una pega al festival, el sistema de lavado dejaba mucho que desear, porque los grifos donde se limpiaba la cerveza tenían algún problema y dejaban el vaso como si se metiera la nariz en una piscina de tanto cloro que llevaba el agua. Solución: paseo a los baños...

Como siempre en estos casos, voy a destacar algunas cerveceras/cervezas que me llamaron la atención en el lugar. Aparte de repetir algunas clásicas foráneas, siempre de alta calidad, y descubrir gratamente el pepino Hop Attack de Marina (un rato divertidísimo pasamos con Kevin y Pep), voy a explayarme con las cervezas nativas del festival, en orden alfabético para no generar falsos favoritismos. Como miniguía de la birra italiana, espero que os dé unas pautas si vais a visitar el país...


Birra Amiata

Las cervezas de Amiata, siempre con etiquetas exquisitas (parecen un fragmento de vidriera, y es así porque sus nombres aluden a sucesos históricos o famosas leyendas antiguas), llevan desde 2010 dando guerra desde el Grosseto, en la Toscana, próximos al monte Amiata que les da nombre. De las que probamos, destaco la Suor Bastarda, una extrañísima combinación de cerveza de castañas, básicamente su modelo Bastarda Rossa, con un toque sour elaborada para el festival. Y es que las faldas del monte Amiata, por su origen volcánico, son excelentes para la producción de castañas, famosas en la región y en general en toda Italia.


Birrificio dell'Aspide

Desde la región salernitana nos llega la cervecera de la serpiente (aunque en su logo tenga una especie de dragón...), que fabrica estilos muy diversos: APA, triple y una scotch, que fue nuestra favorita, la Gairloch. Una scotch de libro, casi tirando ya a Wee Heavy, con toneladas de malta y mucho caramelo, y una espuma generosa. Interesantes las cervezas de esta micro de Enzo, un italiano que se fue a aprender a fabricar cerveza a Cracovia.




Birra del Borgo

Una de las veteranas de la nueva hornada de cerveceras italianas (2005). Leonardo di Vincenzo, tras unos años de fabricación casera y descubrimiento de cervezas viajando por los "grandes clásicos" (Alemania, Bélgica e Inglaterra), decidió "liarse la manta a la cabeza" e iniciar el proyecto de Birra del Borgo (Borgo es apócope de Borgorose, el pueblecito donde se ubica la fábrica, y la torre de su logo es un calco a la del escudo de la localidad). Sus botellas, deliciosamente diseñadas (tengo predilección por los formatos de vidrios italianos, qué le voy a hacer), contienen sabrosas ales como My Antonia, Ducale o la exquisita Duchessic, 80% su Duchessa, 20% Cantillon. Del festival destaco la Sedicigradi, una barley wine de, como su nombre indica, dieciseisgrados. Además, también 16 meses en barrica.


Birrificio del Ducato 

Esta cervecera fue fundada en 2005 en Roncole Verdi, en la región de Parma (de ahí el nombre, proviene del Ducato de Parma y Piacenza), por un enamorado de la cerveza y de la campiña italiana, Giovanni Campari, con el que compartí un rato de charla al conocerlo con anterioridad (BBF de este año), y un genio de las finanzas, Manuel Piccoli. Sus cervezas, tras empezar a ganar importantes premios en Italia, están empezando a ser distribuidas por otros muchos países, entre ellos el nuestro, con gran éxito. Varias fueron sus cervezas que nos gustaron mucho en el Eurhop: la bandera de su portfolio, la Via Emilia, una Pils con Tettnanger excelente; la Vieille Ville Saison, una equilibradísima saison con brett; y la Frambozschella, una particular versión de una lambic con frambuesa.



Extraomnes

Con un nombre basado en el "todos fuera" que el maestro de ceremonias exclama para que se queden dentro de la capilla sixtina únicamente los que participan en la votación para elegir al nuevo papa, esta cervecera a 30 km de Milán acude a la cultura romana para su imagen. Varias nos parecieron realmente interesantes: la Donker, una Imperial Stout con muchísima presencia de café; la Kerst Reserva, navideña al más puro estilo belga envejecida en barrica de vino Langhe del Piamonte; y la Hopbloem, un amago de saison muy cítrica y refrescante (no en vano lleva como ingrediente lima kaffir).


Birrificio Foglie d'Erba

Siguiendo los consejos de Max (Birra +, grazie mille Max), fuimos a visitar el stand de esta micro de la zona de Udine, al noreste de Italia, en plena zona montañosa de los Dolomitas. En un vergel rodeado de montañas se fabrican excelentes cervezas: la Smokin' Hops, una IPA con un toque exquisito de Rauch, colaboración con Almond '22, cervecera de Pescara; la Freweelin' IPA, una gran IPA con mucho lúpulo americano; la Porter Barrel Aged, con un genial toque de la barrica de Caol Ila; la Babél, otra cerveza lupulada aun tratándose de una pale ale; y la Cherry Lady, una sour de cereza descomunal. Sin duda, el descubrimiento del festival.


Birrificio Italiano

Uno de los clásicos, precursores del movimiento cervecero en Italia, junto con Baladin y Borgo. Llevan 15 años al pie del cañón desde su sede en la Lombardía. Sus cervezas son reinterpretaciones de estilos clásicos alemanes, principalmente. Aunque ya han caído en mis manos en ocasiones anteriores las excelentes Tipopils y Bibock, en la feria probé por vez primera tres cervezas que me dejaron un gran sabor de boca: la B.I. Weizen, una hefeweizen espectacular; la Vùdù, una Dunkelweizen muy dunkel, casi con notas de porter; y la Nigredo, una Schwarzbier muy lupulizada, como si fuera una Black IPA pero en lager.



Birrificio Lambrate

Este gamberro brewpub del noreste de Milán (barrio de Lambrate, de ahí el nombre) merece claramente una visita si tenéis la ocasión. Incluso acaba de abrir un segundo local. Ambiente distendido y alguna que otra estupenda cerveza, se respira buen rollo en este sitio desde que abriera sus puertas en 1996. Si bien había tenido la suerte de probar en su local las muy logradas Ortiga o Porpora, no había echado el guante a la Imperial Ghisa, una Lager elaborada como si fuera una Smoked Baltic Porter que toma el nombre de los guardias de tráfico de la ciudad.


Birrificio Artigianale Lariano

Nuevamente desde la Lombardía (en Italia la buena cerveza se cuece sobre todo por el norte), nos llegan las cervezas del Birrificio Lariano, que toma el nombre del lago de Como, llamado a veces Lario (su antiguo nombre en latín). Para los coleccionistas, sus etiquetas, en las que un animal diferente es el protagonista, son realmente divertidas. En cuanto a las cervezas, generalmente toca palos habituales (pale ales, weizen, IPAs...), pero sin embargo la que me sorprendió fue la Salada, una cerveza con cilantro y toneladas de sal de Sicilia que hacían a la cerveza una Gose mucho más que correcta.


LoverBeer
Valter Loverier es un apasionado de la cerveza, y de casta le viene al galgo: un antiguo monje logró escapar del asedio a su monasterio; colgó los hábitos, se casó y se instaló en Francia, adoptando el apellido L'Ouvrier (obrero), y dedicándose a la fabricación de cerveza. Unas cuantas generaciones más tarde, sus descendientes se mudaron a Italia, transformándose el apellido a Loverier. Y años más tarde, Valter heredó la tarea de sus antepasados, y ahora enfoca sus esfuerzos principalmente en sus cervezas tipo sour, entre las que destaco la Beerbera, llamada así por llevar uva Barbera, que, junto al periodo de tiempo en barrica, son las culpables de ese estupendo toque sour.


Birrificio Menaresta

Nuevamente desde la Lombardia, y también en las cercanías de Milán, aparece esta relativamente joven cervecera, que toma su nombre del monte Menaresta, donde nace el río Lambro que surca su región. El logo representa el ornamento que llevaban las novias de su región el día de la boda a principios del s.XX, y que unían a gentes diversas en torno a un evento, como lo hace la cerveza... Destaco un par de cervezas suyas: la 22 La Verguenza, una riquísima Imp. IPA que debe su nombre al puesto que sacó en un concurso (el 22 de 23 cervezas; ¡¡una vergogna!!); y la Pan-Negar, una imp. stout con trigo sarraceno y copos de avena.


Birrificio Montegioco

En el pequeño pueblo de Montegioco, al sureste del Piamonte y casi la Liguria se encuentra esta fábrica, una de las revelaciones a nivel cervecero de Italia en este año. Disfruté enormemente con un par de sus cervezas: la Tibir, genial combinación con uva Timorasso (típica de la región para elaborar vino blanco y sobre todo grappa) y metida en barrica, dando un resultado como a saison con un toque de uva fresca, muy refrescante; y la Bran, un barley wine con toques de café, tabaco y final algo lupulado la mar de interesante. Y, para los fans de Canción de Hielo y Fuego, adivinad qué pajarraco sale en la etiqueta llamándose Bran... Habrá que seguir muy de cerca a esta cervecera.


Os pongo un mapita con las cerveceras comentadas, por si os da por escaparos de ruta. Forza Italia!