miércoles, 6 de febrero de 2013

Podio Enero 2013

El mes de enero ha sido muy variopinto en lo cervecero; así pues, nos topamos con 3 cervezas diferentes entre sí y conseguidas de diferentes maneras... Vamos allá.

- Binghams Brickworks Bitter

En una visita a tierras inglesas (debo varios posts, lo sé; se me acumula el trabajo...), pasé por una tiendecita y me traje algunas cervezas de por aquellas tierras que aquí no se ven ni por asomo. Una de ellas fue esta joyita, que se gana el derecho propio a entrar en el tercer puesto del mes.

Binghams es una jpvencísima micro situada en Ruscombe, pueblecito de la comarca de Berkshire (la que está al oeste de Londres siguiendo el curso del Támesis). Digo jovencísima porque abrió sus puertas en noviembre de 2010...

Su brewmaster, Chris Bingham (en efecto, los ingleses se curran poquito los nombres), tiene experiencia de años de homebrewing, y no en vano ha acaparado unos cuantos premios desde entonces, en especial por su stout de vainilla.

El origen del nombre de la cerveza que nos atañe, la Brickworks, hace referencia al edificio colindante que había con la fábrica hace ya muchos años, una fábrica de ladrillos. Dicha fábrica desapareció con la Segunda Guerra Mundial, pero han querido hacerle este pequeño homenaje. (Nota mental: el pueblo debe de ser tirando a anodino para que haya que homenajear a una ladrillera...).

La cerveza en sí se trata de una bitter exquisita, de un color marrón castaño, con una ligera pero sedosa espuma. Si bien el primer golpe de aroma y de sabor tira a frutos secos y a ese amargo maltoso característico de las bitter, hacia el final aparece un fino toque lúpulo que compensa a la perfección el maltoso inicial. Muy fácil de beber, pero con carácter pese a lo suave que es, me hace recordar con rabia por qué no tendremos estas bitter más a mano...


- Alvinne / Stillwater Wild West

Por sorpresa me topé con un barril de esta cerveza. Sí, es de los experimentos sour ale más acojonantes que he probado...

Nos encontramos en este caso con una de esas colaboraciones sorprendentes en las que se está el charco de por medio: Alvinne, esa rebelde cervecera belga, y Stillwater, el genial sello de Baltimore (sí, hay algo bueno en Baltimore aparte de "The wire").

Alvinne, joven micro belga de la nueva hornada, surgió de la unión de dos homebrewers, Davy y Glenn, en el año 2004. Poco a poco han ido creciendo, teniendo que mudarse por falta de espacio hasta dos veces hasta acabar en la actual fábrica en Moen, a unos 50km al suroeste de Gante.

En 2010 se incorporó al equipo Marc, que trajo consigo una levadura de Francia. Tras años de cultivo, obtuvieron la levadura actual a la que han llamado Morpheus (y de ahí una línea de sus cervezas), en la que aparecen también lactobacilos (que le dan ese sabor ácido tan característico a sus birras). Siguiendo con esta línea de levadura, y como no podía ser menos, juegan mucho con el envejecimiento en barricas de diferentes vinos, whiskys, bourbons...

Además, su nombre refleja muy bien el carácter de la cervecera; un alvinne es un pequeño elfo del folklore irlandés que seducía a hombres y mujeres con sus encantos. Lo mismo pretenden ellos con sus cervezas...

Stillwater Artisanal Ales, por su parte, es básicamente un carismático tipo, Brian Strumke, que en modo cuco/gypsy/comoloquierasllamar (no tiene fábrica propia y usa las de otros, tanto en Estados Unidos como en Europa) hace unas cervezas de estilos de inspiración belga de una factura impecable. Lo más estrambótico es que Strumke, conocido como Stillwater ("agua sin gas"), era un reputado DJ y productor musical que, gracias a sus viajes por Europa y Estados Unidos, se enamoró de la buena cerveza y empezó a fabricarla a la vuelta de sus giras hasta que lanzó el mercado las suyas propias (y menudo exitazo).

También hace las delicias de los coleccionistas, puesto que los diseños de un tatuador amigo de Strumke, Lee Verzosa, son auténticas obras de arte.

La cerveza en sí no es apta para los que no disfrutan de las sour ales. Sin casi espuma, de un color ambarino turbio, presenta aromas ácidos (fresa ácida, manzana Granny Smith) y en boca es una explosión de ácidos, en la que el inicial cítrico va dejando paso al láctico, y termina de un modo totalmente astringente. Por el medio, de una manera sutil, aparecen los toques a madera que redondean la cerveza, puesto que ha sido añejada en barrica de Borgoña durante 8 meses. Si bien con algunas sour tan ácidas cuesta tomar grandes cantidades, con ésta no me costó nada. Increíble...



- De Ryck Gouden Arend 125 years


En lo más alto del podio del mes se encuentra esta genial Tripel conmemorativa de la cervecera belga de Ryck.

Hace 125 años, Gustaaf de Ryck fundó en la pequeña localidad de Herzele (a mitad de camino entre Bruselas y Gante) la cervecera Gouden Arend (en flamenco, águila real). Tras avatares varios, tuvo que ser cerrada como tantas otras por culpa de la Primera Guerra Mundial. Fue abierta de nuevo en 1920, renombrándose de Ryck en honor al fundador.

La Gouden Arend es una cerveza triple de libro: amarillo pálido, generosa espuma, matices afrutados en nariz, y sabores a frutas que dejan paso a un exquisito final de levadura. Para beber toneladas...

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Se quedan en diploma olímpico cervezas como To Øl Snowball Saison, Mikkeller 黑牛 Black Buffalo, Glazen Toren Canaster Winterscotch y Alaskan Smoked Porter (y no necesariamente en este orden).

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