Este mes ha venido marcado por la visita a tierras belgas, como puede verse en el post del Zythos Beer Festival; las 3 cervezas del podio proceden de esta bendito país cervecero...
- Sint Bernardus Tokyo
El bronce se lo gana con creces esta cerveza de muy reciente creación y que corrobora el buen gusto que los japoneses están empezando a tener por las cervezas "diferentes" a las clásicas lager flojas tipo Sapporo, Kirin, etc.; ganas tengo de probar las Hitachino, por ejemplo...
Parece ser que la cervecera belga se comprometió con el importador que tiene en tierras niponas a que, si éste abría un local de Sint Bernardus en Tokyo, elaboraría una cerveza para la ocasión, y así ocurrió finalmente.
Este cervecera tiene sus orígenes en una comunidad eclesiástica francesa que, en los inicios del siglo XX y por motivos anticlericales de las autoridades francesas, tuvo que salir de la Abadía de Catsberg y se asentaron en Watou, moviéndose escasos kilómetros aunque cambiando de país. La granja donde se instalaron fue rebautizada como "refugio de Notre Dame de St. Bernard".
Comenzaron fabricando quesos, y tras el retorno de la comunidad de la abadía a Francia por un cambio en la actitud hacia el clero en Francia allá por 1930, esta producción fue traspasada a Evarist Deconinck, un avispado habitante de Watou. Y el año clave es 1946: la abadía de Sint Sixtus necesitaba recaudar fondos para renovar su maquinaria cervecera (entre otras cosas), así que "externalizó" la fabricación de la ahora venerada Westvleteren a la fábrica quesera de Watou de Deconinck. Este acuerdo incluyó la presencia del monje cervecero de Sint Sixtus, y se firmó por una duración de 30 años, que fueron ampliados posteriormente por otros 30 en 1976 por el hijo de Deconinck. Viendo lo que tenía entre manos, dejaron los quesos de lado para dedicarse a las cervezas en exclusiva...
Con la creación del sello Trappist, Westvleteren tenía que fabricar solamente su cerveza en sus instalaciones y por monjes para cumplir con los requisitos de la "denominación de origen", con lo que no renovó el contrato y Sint Bernardus comenzó a fabricar sus cervezas de manera independiente, aumentando la producción pero sin bajar la calidad. Queda claro que 60 años usando las técnicas e incluso levaduras de Westvleteren hacen a la fuerza que se parezcan mucho: de hecho, la famosísima Westvleteren 12 y la St. Bernardus 12 son muy muy similares...
La cerveza que nos atañe, la Tokyo, se trata de una cerveza de trigo mucho más sabrosa que las, en mi opinión, ligeramente apáticas Witbier habituales: más densa y turbia, muy fácil de beber y refrescante, con aromas que me recordaron más a las Weizen alemanas y un final herbal y cítrico muy agradable. Esperemos confirmar las buenas expectativas con esta cerveza en breve, si es que nos llega algo aquí y no va todo para el mercado nipón...
- Struise Black Damnation II - Mocha Bomb
La plata este mes se la lleva una de las bombas (nunca mejor dicho) stout de Struise, la segunda de las ediciones de la Black Damnation, la Mocha Bomb.
Urbain Coutteau y Philippe Driessens, propietarios de una granja de avestruces con plazas hoteleras de turismo sostenible, decidieron fabricar cerveza propia de la región para sus visitantes, para lo cual contó con la ayuda del fabricante de vinos Carlo Grootaert. Desde 2003 empezaron a producir sus cervezas de forma "nómada", hasta que recientemente se han mudado a una antigua escuela en la localidad de Oostwleteren, donde se les puede visitar, tomar alguna de sus cervezas y atender a las explicaciones de Carlo sobre la fabricación de sus cervezas. Pude charlar con él el año pasado, y es una persona encantadora.
Struise significa avestruz en flamenco, aunque en la jerga se usa también como adjetivo: recio, duro, correoso; como el carácter de las gentes de la región.
Desde hace unos cuantos años su fama y reconocimiento son mundiales, lo que les ha valido para ganar numerosos premios y colaborar con prestigiosas cerveceras mundiales, como Mikkeller, de Molen, Three Floyds...
Uno de sus múltiples proyectos es la gama Black Damnation, que consiste en diferentes versiones de su Imperial Stout de cabecera, la Black Albert. Por ahora van 10 modelos, y se van a seguir elaborando más... El nombre Negra Maldición proviene de la primera versión, que fue una mezcla al 50% de la Black Albert con la Hel&Verdoemenis (Hell&Damnation en inglés) de la holandesa de Molen.
La Black Damnation II está compuesta por:
- 50% de Black Albert madurada con granos de café.
- 25% de Hel&Verdoemenis (que, por cierto, es otra cafre Imperial Stout) envejecida 6 meses en barricas de bourbon Jack Daniels.
- 25% de Cuvée Delphine, que no es más que la Black Albert envejecida en barricas de bourbon Four Roses.
Como no podía ser menos al tratarse de una Imperial Stout fuerte con café añadido y con parte de ella envejecida, esta cerveza es de las que se pueden denominar sin tapujos todo un petróleo. Densa, aceitosa y totalmente oscura (hasta la espuma inicial es marrón oscura), combina perfectamente los sabores de las maltas tostadas con el café y los gustos a madera y bourbon finales. Espectacular para degustar con toda la calma del mundo, a ser posible acompañada de un buen postre de chocolate.
- Fantôme Brise-BonBons!
Tengo especial devoción por las cervezas de Fantôme, y ésta, tanto por la propia cerveza, impresionante, como por el particular nombre y diseño de la etiqueta, se gana el oro del mes.
Fantôme (fantasma en francés, de ahí los fantasmas típicos de sus etiquetas) fue creada en 1988 por Dany Prignon y su padre en Soy, en la sureña Valonia francófona, con la idea de revitalizar algo su pueblo a través de las recetas tradicionales de cervezas de su región. Las cervezas saison que salen de esta fábrica son espectaculares.
El nombre Fantôme viene por el fantasma de la condesa Berthe, una bonita leyenda de la vecina villa de la Roche. El poderoso conde de la Roche, sin hijos varones, decidió montar un torneo en el que el ganador desposaría a su única hija, Berthe. El gigantesco conde de Montaigu decidió presentarse, pese a estar ya prometido. Era tal el poderío que nadie más se presentó, salvo un pequeño caballero que aguantó todos los envites del Conde hasta derrotarlo y matarlo. El caballero y la condesa Berthe fueron llevados a la suite nupcial, en lo alto de la torre. A la mañana siguiente, se descubrió que la suite estaba vacía, y en la base de la torre, al pie de la ventana, había dos manchas, una negra y otra blanca. El misterioso caballero no era otro que la prometida del conde de Montaigu, que se supone que se tiró por la ventana llevando consigo a la pobre Berthe... Los cuerpos nunca se encontraron, y el negro y el blanco simbolizan, como era de esperar, el bien y el mal. Se dice que el fantasma de Berthe todavía deambula en el castillo de la Roche...
La Brise-BonBons! tiene un nombre muy gracioso: significa literalmente rompebolas o tocahuevos... De hecho, en la etiqueta de la botella Dany dedica esta cerveza a todas las variantes de tocahuevos del mundo: sabiondos, fanfarrones, granos en el culo, chismosos, camorristas, sabelotodos, cabezotas, y un largo etcétera...
Y en cuanto a la cerveza en sí, se trata de una versión riquísima y con más fuerza que las habituales Fantôme. Mantiene su base de saison, turbia, con espuma generosa y densa, sabores cítricos y frutas de hueso (se nota muchísimo el albaricoque) y añade un golpe de lúpulo al estilo Chouffe Houblon, dejando una mezcla de dulce y floral a la par que seco al final exquisita. Una delicia...
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Se quedan en diploma olímpico Cigar City Guava Grove, Naparbier Back in Black, Guinea Pigs! 95, Cantillon FouFoune y 't Houfbrouwerij Porthos (y no necesariamente en este orden).
(1) Imagen de Sint Bernardus
(2) Imagen de Copenhagen Beer Celebration
(3) Imagen de Välbaranserad
(4) Imagen de Fantôme
- Sint Bernardus Tokyo
El bronce se lo gana con creces esta cerveza de muy reciente creación y que corrobora el buen gusto que los japoneses están empezando a tener por las cervezas "diferentes" a las clásicas lager flojas tipo Sapporo, Kirin, etc.; ganas tengo de probar las Hitachino, por ejemplo...
Parece ser que la cervecera belga se comprometió con el importador que tiene en tierras niponas a que, si éste abría un local de Sint Bernardus en Tokyo, elaboraría una cerveza para la ocasión, y así ocurrió finalmente.
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Este cervecera tiene sus orígenes en una comunidad eclesiástica francesa que, en los inicios del siglo XX y por motivos anticlericales de las autoridades francesas, tuvo que salir de la Abadía de Catsberg y se asentaron en Watou, moviéndose escasos kilómetros aunque cambiando de país. La granja donde se instalaron fue rebautizada como "refugio de Notre Dame de St. Bernard".
Comenzaron fabricando quesos, y tras el retorno de la comunidad de la abadía a Francia por un cambio en la actitud hacia el clero en Francia allá por 1930, esta producción fue traspasada a Evarist Deconinck, un avispado habitante de Watou. Y el año clave es 1946: la abadía de Sint Sixtus necesitaba recaudar fondos para renovar su maquinaria cervecera (entre otras cosas), así que "externalizó" la fabricación de la ahora venerada Westvleteren a la fábrica quesera de Watou de Deconinck. Este acuerdo incluyó la presencia del monje cervecero de Sint Sixtus, y se firmó por una duración de 30 años, que fueron ampliados posteriormente por otros 30 en 1976 por el hijo de Deconinck. Viendo lo que tenía entre manos, dejaron los quesos de lado para dedicarse a las cervezas en exclusiva...
Con la creación del sello Trappist, Westvleteren tenía que fabricar solamente su cerveza en sus instalaciones y por monjes para cumplir con los requisitos de la "denominación de origen", con lo que no renovó el contrato y Sint Bernardus comenzó a fabricar sus cervezas de manera independiente, aumentando la producción pero sin bajar la calidad. Queda claro que 60 años usando las técnicas e incluso levaduras de Westvleteren hacen a la fuerza que se parezcan mucho: de hecho, la famosísima Westvleteren 12 y la St. Bernardus 12 son muy muy similares...
La cerveza que nos atañe, la Tokyo, se trata de una cerveza de trigo mucho más sabrosa que las, en mi opinión, ligeramente apáticas Witbier habituales: más densa y turbia, muy fácil de beber y refrescante, con aromas que me recordaron más a las Weizen alemanas y un final herbal y cítrico muy agradable. Esperemos confirmar las buenas expectativas con esta cerveza en breve, si es que nos llega algo aquí y no va todo para el mercado nipón...
- Struise Black Damnation II - Mocha Bomb
La plata este mes se la lleva una de las bombas (nunca mejor dicho) stout de Struise, la segunda de las ediciones de la Black Damnation, la Mocha Bomb.
Urbain Coutteau y Philippe Driessens, propietarios de una granja de avestruces con plazas hoteleras de turismo sostenible, decidieron fabricar cerveza propia de la región para sus visitantes, para lo cual contó con la ayuda del fabricante de vinos Carlo Grootaert. Desde 2003 empezaron a producir sus cervezas de forma "nómada", hasta que recientemente se han mudado a una antigua escuela en la localidad de Oostwleteren, donde se les puede visitar, tomar alguna de sus cervezas y atender a las explicaciones de Carlo sobre la fabricación de sus cervezas. Pude charlar con él el año pasado, y es una persona encantadora.
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Struise significa avestruz en flamenco, aunque en la jerga se usa también como adjetivo: recio, duro, correoso; como el carácter de las gentes de la región.
Desde hace unos cuantos años su fama y reconocimiento son mundiales, lo que les ha valido para ganar numerosos premios y colaborar con prestigiosas cerveceras mundiales, como Mikkeller, de Molen, Three Floyds...
Uno de sus múltiples proyectos es la gama Black Damnation, que consiste en diferentes versiones de su Imperial Stout de cabecera, la Black Albert. Por ahora van 10 modelos, y se van a seguir elaborando más... El nombre Negra Maldición proviene de la primera versión, que fue una mezcla al 50% de la Black Albert con la Hel&Verdoemenis (Hell&Damnation en inglés) de la holandesa de Molen.
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- 50% de Black Albert madurada con granos de café.
- 25% de Hel&Verdoemenis (que, por cierto, es otra cafre Imperial Stout) envejecida 6 meses en barricas de bourbon Jack Daniels.
- 25% de Cuvée Delphine, que no es más que la Black Albert envejecida en barricas de bourbon Four Roses.
Como no podía ser menos al tratarse de una Imperial Stout fuerte con café añadido y con parte de ella envejecida, esta cerveza es de las que se pueden denominar sin tapujos todo un petróleo. Densa, aceitosa y totalmente oscura (hasta la espuma inicial es marrón oscura), combina perfectamente los sabores de las maltas tostadas con el café y los gustos a madera y bourbon finales. Espectacular para degustar con toda la calma del mundo, a ser posible acompañada de un buen postre de chocolate.
- Fantôme Brise-BonBons!
Tengo especial devoción por las cervezas de Fantôme, y ésta, tanto por la propia cerveza, impresionante, como por el particular nombre y diseño de la etiqueta, se gana el oro del mes.
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El nombre Fantôme viene por el fantasma de la condesa Berthe, una bonita leyenda de la vecina villa de la Roche. El poderoso conde de la Roche, sin hijos varones, decidió montar un torneo en el que el ganador desposaría a su única hija, Berthe. El gigantesco conde de Montaigu decidió presentarse, pese a estar ya prometido. Era tal el poderío que nadie más se presentó, salvo un pequeño caballero que aguantó todos los envites del Conde hasta derrotarlo y matarlo. El caballero y la condesa Berthe fueron llevados a la suite nupcial, en lo alto de la torre. A la mañana siguiente, se descubrió que la suite estaba vacía, y en la base de la torre, al pie de la ventana, había dos manchas, una negra y otra blanca. El misterioso caballero no era otro que la prometida del conde de Montaigu, que se supone que se tiró por la ventana llevando consigo a la pobre Berthe... Los cuerpos nunca se encontraron, y el negro y el blanco simbolizan, como era de esperar, el bien y el mal. Se dice que el fantasma de Berthe todavía deambula en el castillo de la Roche...
La Brise-BonBons! tiene un nombre muy gracioso: significa literalmente rompebolas o tocahuevos... De hecho, en la etiqueta de la botella Dany dedica esta cerveza a todas las variantes de tocahuevos del mundo: sabiondos, fanfarrones, granos en el culo, chismosos, camorristas, sabelotodos, cabezotas, y un largo etcétera...
Y en cuanto a la cerveza en sí, se trata de una versión riquísima y con más fuerza que las habituales Fantôme. Mantiene su base de saison, turbia, con espuma generosa y densa, sabores cítricos y frutas de hueso (se nota muchísimo el albaricoque) y añade un golpe de lúpulo al estilo Chouffe Houblon, dejando una mezcla de dulce y floral a la par que seco al final exquisita. Una delicia...
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Se quedan en diploma olímpico Cigar City Guava Grove, Naparbier Back in Black, Guinea Pigs! 95, Cantillon FouFoune y 't Houfbrouwerij Porthos (y no necesariamente en este orden).
(1) Imagen de Sint Bernardus
(2) Imagen de Copenhagen Beer Celebration
(3) Imagen de Välbaranserad
(4) Imagen de Fantôme
Bueno, bueno, visto el podio Abril era un mes duro para competir con nuestras pequeñas cobayas, pero agradecemos la mención de diploma, todo un honor.
ResponderEliminarVeo que los rumores de la Sint Bernardus eran ciertos, hasta lo del kimono...jejeje, me alegro de que sea tan buena, espero catarla pronto. Por cierto, la Brise-BonBons! la tengo guardadica, cuando le llegue su turno espero que me guste tanto, porque tambien tengo devoción por Fantome. Un saludo!
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